Para llevar a cabo este proceso, entran en juego diferentes partes de la red que vamos a diseccionar para ver cómo funcionan las redes móviles en general y qué es lo que ha cambiado tras cada evolución de generación móvil desde el 1G al 5G.

Cómo se crea cobertura a partir de las estaciones base

Para diseñar las zonas en las que ofrecer cobertura, los operadores dividen el territorio en cuadrículas llamadas celdas o células, y sitúan en cada una de ellas una estación base. En estas estaciones base se encuentran las casetas, con los equipos electrónicos necesarios, baterías que garantizan su funcionamiento y sistemas de refrigeración; los postes y en lo alto, las antenas emisoras y receptoras de las señales de radio.

El número de estaciones base necesarias para una zona quedará definido por el número de usuarios que se vayan a conectar simultáneamente. Para irradiar su cobertura, cada celda utiliza unas determinadas frecuencias de radio, con un ancho de banda limitado, que delimita el número de canales disponibles para las comunicaciones, y del que dependerá el número máximo de dispositivos que pueden conectarse sin interferirse.

Las frecuencias de radio son subastadas por los Gobiernos de cada país y en función del ancho de banda disponible también podrán alcanzarse mayores velocidades de navegación. Además, estas frecuencias están disponibles en diferentes bandas, siendo mayor el alcance y la penetración de cobertura en interiores cuanto más baja es la banda. También será más cara a pesar de disponer de menor ancho de banda disponible.

Mientras la conexión entre nuestro smartphone y la estación base se establece de manera inalámbrica, la estación base se comunicará con el núcleo de red a través de conexiones de fibra o radioenlaces, para así poder seguir estableciendo con la comunicación, que hasta aquí, sólo ha recorrido sólo una parte del trayecto.

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